
El declive de Forever 21 marca un punto de inflexión en la industria de la moda rápida. La compañía estadounidense, que llegó a tener más de 800 locales en todo el mundo, inició el cierre progresivo de 200 tiendas tras acogerse a la Ley de Quiebras en Delaware.
Este es su segundo proceso de bancarrota desde 2019, cuando ya había cerrado cientos de locales y abandonado mercados clave como Asia y Europa.
La crisis de la marca refleja los profundos cambios en el sector. Según documentos judiciales, Forever 21 no pudo competir con el avance de plataformas chinas como Shein y Temu, que operan con márgenes mínimos gracias a la exención arancelaria para envíos menores a 800 dólares.
«Este mecanismo nos afectó directamente», admitió Stephen Colulombe, ejecutivo de la empresa.
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