
Con voz entrecortada y visible emoción, Oscar Romero describió el infierno que vivió su familia desde que su hermano Héctor, el camionero salteño, fue vinculado a la desaparición de María Cash en 2011.
Tras el sobreseimiento definitivo dictado por la Justicia, la familia rompió el silencio para contar cómo sobrevivieron a meses de señalamientos y persecución pública.
«Recibimos la noticia con sorpresa y mucha alegría», confesó Oscar a Clarín, pero rápidamente aclaró: «Las heridas no se cierran tan fácil. Mi hermano sufrió un daño psicológico, físico y emocional terrible. El daño económico fue tremendo».
El costo de la sospecha
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