La ciencia explica por qué siempre hay espacio para el postre, aunque estemos llenos

La ciencia explica por qué siempre hay espacio para el postre, aunque estemos llenos

El eterno misterio de cómo siempre encontramos espacio para el postre, incluso después de una comida copiosa, finalmente tiene explicación científica.

Investigadores del Instituto de Investigación Sant Pau de Barcelona y del prestigioso Instituto Max Planck de Alemania han desentrañado los mecanismos neurológicos que nos hacen sucumbir ante los dulces cuando ya deberíamos estar satisfechos.

La doctora Marina Idalia Rojo, neurocientífica del equipo español, explica este fenómeno con precisión: «Cuando comemos hasta saciarnos, nuestro cuerpo activa señales de plenitud física.

Pero el cerebro procesa los dulces de forma diferente, a través de rutas de recompensa que permanecen abiertas independientemente de cuán lleno esté el estómago».

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