
Con la llegada de los días lluviosos, las plantas pueden verse afectadas por el exceso de agua y los fuertes vientos.
Para evitar problemas, es fundamental revisar el estado de las macetas y asegurarse de que cuenten con un buen drenaje, de modo que el exceso de humedad no produzca encharcamientos ni pudra las raíces.
En el caso de contar con espacio interior o techado, resulta conveniente trasladar allí las plantas más delicadas mientras dure la tormenta.
Además, es recomendable retirar hojas secas o ramas rotas para impedir la proliferación de hongos y plagas asociadas a la humedad.
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